Artículo de opinión de Juan Ramón Moscad, Ciudadanos Almansa
Haciendo historia, el 7 de mayo del pasado año 2015, hace 10 meses, Comisiones Obreras de Albacete ya pedía explicaciones sobre “el futuro real de Gibacars” a la presidenta Cospedal y al alcalde de Almansa, Francisco Núñez, debido a las noticias que habían aparecido en algunos medios de comunicación.
Noticias que alarmaban, profundamente, a la sociedad almanseña y a toda la provincia de Albacete en relación con la empresa Gibacars, de fabricación de coches, que iba a instalarse en Almansa y cuyo proyecto fue presentado a bombo y platillo por el alcalde de la localidad, Francisco Núñez, que anunció además que esta iniciativa contaba con el apoyo del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Entonces ya se hablaba de un presunto fraude empresarial. Y se pedía al alcalde almanseño que diera una explicación sobre la inversión real de 50 millones de euros de todos los castellano-manchegos (que aportaría la Junta) que necesitaba para comenzar a instalarse. Y con el interrogante de si todo el posible fraude a los almanseños estaba entremezclado con la propaganda para ganar las elecciones municipales en ciernes. (De hecho, así fue, porque las ganó con mayoría absoluta).
El secretario general de CCOO de Albacete, Francisco de la Rosa añadía que: “no se puede jugar con las necesidades de las personas para después engañarlos, ni siquiera una campaña electoral justificaría este juego macabro con la gente. Así que aclárese ya, hoy, que hay de verdad y de mentira en esto, los ciudadanos merecen una explicación, que de no tener sin duda sabrán claramente a quien pedir responsabilidades si se confirman todas estas noticias“.
Hoy día, después de que la empresa no haya entregado la documentación a Castilla- La Mancha, que haya decidido abandonar su instalación en Almansa, haber solicitado de nuevo a la Generalitat de Cataluña su implantación en una población catalana, ahora sí, con la presentación de 2 avales de 50 millones (años atrás ya lo había solicitado en otras poblaciones españolas de distintas autonomías) y mil interrogantes más, en Almansa ha quedado un estado de cosas relacionadas con el engaño a los almanseños, con la frustración de la población trabajadora por incumplimiento de objetivos y promesas, y con el fraude por su no implantación, con la acusación al alcalde de utilización política de Giba en beneficio propio: la promesa de crear miles de puestos de trabajo en Almansa. Pero, ya ha pasado el tiempo de Giba en CLM.