Después de 243 días sin gobierno, España se enfrenta a la necesidad de reactivar con urgencia su curso institucional, recuperar la normalidad parlamentaria y afrontar los compromisos contraídos con Europa. Ciudadanos siempre ha sido favorable a tomar la nueva situación política, superado ya el bipartidismo, como una oportunidad y no como un problema. Pero para ello es necesario un cambio de mentalidad por parte de la vieja política. Nadie conseguirá ya nada por sí sólo. No habrá proyecto que prospere si no es con el respaldo de otras fuerzas. La pluralidad de la representación pública nos obliga a todos a buscar espacios de acuerdo por encima de las siglas que nos separan.
Es una situación novedosa y compleja, pero es la demanda de los españoles, expresada por dos veces en las urnas.
Hace una semana Ciudadanos propuso una vía para desbloquear la situación a cambio de unas condiciones básicas de regeneración y lucha contra la corrupción, unas condiciones que, entendemos, cualquier español aceptaría como razonables más allá de sensibilidades ideológicas. El nuevo escenario político exige regeneración, manos limpias, diálogo, flexibilidad, generosidad y, sobre todo, capacidad para acometer profundas reformas para modernizar nuestro país, haciendo que nuestras instituciones sean más ágiles y eficientes a la hora de resolver los problemas que afectan a los españoles. Nos sigue pareciendo que Mariano Rajoy no es la persona idónea para liderar ese proceso. Pero más importante que nuestro propio proyecto político es el respeto a la Democracia y al Estado de Derecho. Mariano Rajoy es el candidato designado por Felipe VI para formar gobierno y es, por tanto, el candidato con quien debemos negociar, del mismo modo en que lo hicimos con Pedro Sánchez tras las elecciones del 20 de diciembre.
Ciudadanos ha conseguido que Rajoy se comprometa a firmar las seis condiciones del Pacto Anticorrupción y a proponer una fecha para la votación de su investidura. Con responsabilidad, altura de miras y sentido de Estado, hemos logrado que España se ponga en marcha, siendo siempre leales a los principios por los que más de tres millones de votantes depositaron su confianza en nosotros el pasado 26 de junio. Hoy los españoles saben que Ciudadanos es una herramienta para sacar a España de la parálisis y para impulsar una nueva etapa política en la que no hay mayorías absolutas. Ciudadanos ha desbloqueado el camino de la formación de gobierno y la negociación de reformas. Se abre ahora, por tanto, un nuevo tiempo para buscar soluciones concretas a los problemas reales. Negociaremos el voto afirmativo al candidato propuesto por el rey, a la luz de compromisos y acuerdos en materia de políticas sociales, educación, empleo, autónomos, pensiones y demás asuntos fundamentales en la vida de los españoles. Hemos demostrado que somos parte de la solución y no del problema. Mientras otros se quedan en un rincón diciendo ‘no’ a todo, nosotros preferimos dialogar y ceder si con ello conseguimos impulsar cambios inéditos en España. Pero para que nuestro país se ponga en marcha y se abra este nuevo tiempo de oportunidades, es necesario un paso de responsabilidad del Partido Socialista, tantas veces decisivo en episodios fundamentales de la historia reciente de España. No obstante, es el candidato a la investidura quien tiene el mandato de buscar con todo su empeño ese apoyo. No es momento, por tanto, para dilatar plazos, procurar aventuras alternativas del brazo de los separatistas o adoptar posiciones tácticas pensando en unas terceras elecciones. Valorar siquiera esas posibilidades es no entender el momento político que ha llegado al país y lo que nos piden los españoles.